26 de agosto de 2011

Aunque el mundo deje de girar mañana...

Llegó un día en el que se dio cuenta de las cosas. Por primera vez, abrió los ojos, y lo miró fijamente, mientras un dedo resbalaba lentamente por su columna, dibujando bocetos de una vida perfecta, igual que aquella noche abrazados sobre la cama sin hacer, con un montón de cojines alrededor de ellos, abrigándolos, protegiéndolos del mundo exterior. 
Lo miró, así como miran los niños a su nuevo juguete, aquel que no dejarán en mucho tiempo, aquel que siempre recordarán por muchos años que pasen como su mejor amigo de la infancia. Y, sin saber cómo ni por qué, apartó la mirada y sonrió sin tener en verdad razones para ello, sintiendo en su interior un amor que no conocía ni nunca había conocido barreras ni impedimentos. 
El tiempo los había puesto tantas veces entre la espada y la pared, a punto de caer por el precipicio, que daban todo por perdido. Pero, como bien dicen, el destino es caprichoso, y quiso volver a unirlos, quiso que sus caminos volvieran a encauzar la misma dirección, y volvió a unirlos. 
No sabían, no tenían claro, qué sería lo próximo que ocurriría, pero cuando se miraban a los ojos y el mundo se paraba, en sus corazones algo se activaba, algo que hacía palpitar todo a su alrededor. Quién sabía, quién podía decirles a ellos, lo que el destino les deparaba...
...ahora, ¿Cuánto tiempo? Quizás 3, 4 años después, se miran y sonríen, por mucho que cueste creerlo, siguen así, sonriendo. Después de tantas adversidades, de tantos llantos, de enfados, disputas, insultos... vuelven a mirarse y saben que en el fondo nunca hubo odio de verdad, simplemente rencor, situaciones exageradas por ambos... 
Ahora, se miran, y sólo ven eso, miradas. 

24 de agosto de 2011

...

No sé lo que puedo esperar de nadie. Puede que las personas que parece que siempre estarán ahí te fallen cuando menos lo esperes. 
La desolación llama a tu puerta sin que tengas tiempo de evitarla, y de nuevo vuelves a sentir esa sensación de abandono dentro de ti, esas ganas de llorar que creías perdidas. Pero no, no puedes seguir así, lamentándote día tras día de lo que pudo ser y no fue, de las idas y venidas, de las despedidas. No puedes quedarte anclada en un pasado que ya sólo es eso, pasado. Y que el pasado hay que olvidarlo, y que cuanto antes se olvide, mejor. Se acabó lamentarse, se acabó para siempre. 
Que dicen que el tiempo cambia las cosas... pero en realidad es uno mismo quien las cambia.

17 de agosto de 2011

Tears running for your eyes.

Es curioso cómo pasan las cosas. Un día puedes estar en la cima del mundo, y al siguiente caer al fondo del precipicio. Puedes encontrarte con que todo en lo que un día creíste no eran más que mentiras, mentiras que hacían que cada día tu corazón se ensanchara un poco más. Entonces, decides que jamás volverás a abrirte a nadie, que nunca más permitirás que una persona llegue tan dentro de ti, conociendo cada detalle, cada sonrisa, cada sentimiento sólo con mirarte a los ojos fijamente.
Así, sin más, va pasando el tiempo en tu vida. Ves trenes y trenes pasar por delante de ti, pero ya no coges ninguno, ya no aventuras, por miedo a volver a perder lo poco que te queda. Te mantienes así, lamentándote de lo que un día quizá no supiste amar lo suficiente, o amaste en exceso.
Entonces, cuando ya lo dabas todo por perdido, aparece. Al principio lo miras, sin saber muy bien qué hacer, pues las sensaciones que estás empezando a experimentar llevaban mucho tiempo dormidas dentro de ti misma, escondidas en algún rincón de tu corazón temerosas de volver a sufrir otra pérdida irreparable. Pero poco a poco te das cuenta, de que no podía ser otro que él, de que es el único que te entiende cuando nadie lo hace, el único que sabe sacarte una sonrisa cuando nadie puede, por mucho que lo intenten. Él, y solamente él sabe hacer que no te sientas sola en el mundo, sabe guiarte en medio de las tormentas que asolan tu vida a diario, sabe darte la fuerza y la esperanza necesarias para avanzar, para seguir adelante en ese camino que llaman vida. El solo pensamiento de perderlo hace que se activen todas y cada una de tus terminaciones nerviosas hasta el punto de que tu respiración se pare y te sientas morir. Le necesitas, no sabes cómo ni por qué, pero sabes que sin él tu vida no tiene sentido, que desde que apareció es como si un meteorito hubiera cruzado tu cielo, y que si se va, el meteorito se apagará y quedarás deslumbrada por su luz y sin poder a ver nunca más.
¿Es amor? ¿Es obsesión? Quizás tenga ambas partes, pero si algo sabes con seguridad, es que no lo dejarás escapar, no otra vez, no ahora.

10 de agosto de 2011

Todo cambió...

Nunca pensé que esto pudiera pasar. Que, de repente, me pudiera encontrar en medio de dos mundos completamente opuestos. Uno, lleno de amor, de sonrisas de enamorados, de alegría... El otro oscuro, inseguro, con sentimientos contrarios... pero los dos igual de atractivos a mis ojos. Siempre me había hartado de decir que no se puede estar enamorada de dos personas a la vez, que yo siempre había tenido mis sentimientos claros; sabía a quién quería y no dudaba ni un instante cuando de amor se trataba. Ahora... todo ha cambiado. Estoy en el centro de dos partes que tienen sus cosas buenas y malas, pero que adoro por igual, y no soy capaz de decidirme por una de ellas. Me duele, me duele esta desazón que atraviesa mi corazón cada día, cuando alguno de los dos me lleva hacia su territorio. Entonces, siento como si ya hubiera elegido, pero luego el otro hace algo que me vuelve a poner de nuevo en medio. 
¿Qué hacer... cuando todas las cualidades que siempre deseaste en tu hombre perfecto están en dos personas distintas, y no puedes rechazar ninguna de ellas?



6 de agosto de 2011

Te sacude la vida, te derrumba el amor.

Nueva vida, nuevos sentimientos encontrados... y mucha desolación. Darte cuenta de que las cosas no siempre fueron como una vez las imaginaste. Volver, con frente bien alta, con una sonrisa en la cara a veces es tan difícil... 
El corazón aún guarda resquicios de este amor, pero ya nada es igual, y eso ayuda a que se curen el alma... y los sentimientos.

2 de agosto de 2011

Ni siempre ni nunca.

Es curioso como muchas veces intentamos hacer como si el pasado nunca hubiera existido. Nos empeñamos en pensar que nunca estuvo ahí, que es como una ilusión que en realidad nunca vivimos. Miramos hacia delante, hacia el futuro incierto, esperando que lo más pronto posible ocurra algo que nos haga olvidar del todo los recuerdos que cada día nos atormentan, aunque no se lo digamos a nadie.
Sin embargo, un día cualquiera, un pequeño detalle, una mirada, puede hacernos retroceder en el tiempo a la velocidad de la luz. Nos hace volver de nuevo a esa época que queríamos borrar a toda costa, que desearíamos que no se nos hubiera quedado grabada en algún rincón de la memoria. Pero volvemos. Volvemos, y de repente, rememoramos todo; cada gesto, cada sonrisa, cada sensación... y nos damos cuenta de que desde aquellos momentos, no hemos podido volver a experimentar lo mismo. Nos hemos ido acostumbrando a vivir sin esos sentimientos que nos ponían la piel de gallina, o que hacían que en todo el día se nos pudiera borrar la sonrisa. 
Y entonces, ese día en el que te das cuenta de todo lo que has perdido después de tanto tiempo, te derrumbas. Después de haber intentado borrar todo de tu mente, esta se desborda como una cascada, golpeando cada centímetro de tu cuerpo, haciendo que tu corazón vuelva a sufrir de nuevo todo ese dolor contenido en una caja que nunca se llegó a cerrar.
Y lo peor... lo más horrible de todo, es que nadie puede ayudarte, o que quien puede... nunca lo hará.