10 de agosto de 2011

Todo cambió...

Nunca pensé que esto pudiera pasar. Que, de repente, me pudiera encontrar en medio de dos mundos completamente opuestos. Uno, lleno de amor, de sonrisas de enamorados, de alegría... El otro oscuro, inseguro, con sentimientos contrarios... pero los dos igual de atractivos a mis ojos. Siempre me había hartado de decir que no se puede estar enamorada de dos personas a la vez, que yo siempre había tenido mis sentimientos claros; sabía a quién quería y no dudaba ni un instante cuando de amor se trataba. Ahora... todo ha cambiado. Estoy en el centro de dos partes que tienen sus cosas buenas y malas, pero que adoro por igual, y no soy capaz de decidirme por una de ellas. Me duele, me duele esta desazón que atraviesa mi corazón cada día, cuando alguno de los dos me lleva hacia su territorio. Entonces, siento como si ya hubiera elegido, pero luego el otro hace algo que me vuelve a poner de nuevo en medio. 
¿Qué hacer... cuando todas las cualidades que siempre deseaste en tu hombre perfecto están en dos personas distintas, y no puedes rechazar ninguna de ellas?