29 de noviembre de 2011

Quién sabe...

No es entendible ni explicable. Que un día me importes una mierda y al siguiente vuelvas, y vuelvas con todas las consecuencias. No me explico por qué esta bipolaridad contigo y solamente contigo. Tengo siempre una opinión fija para todo, sé quién me cae bien y quién me cae mal, no cambio de parecer con nadie de la noche a la mañana... pero contigo todo da la vuelta. Hoy puedo quererte con toda mi alma, quererte hasta no dar más de mí, hasta llorar todas las noches por tenerte. Mañana... mañana quizá me importes una mierda. Es más, ten por seguro que será así. Mañana te ignoraré, pasaré de ti, y me dará igual tu mundo, tus problemas... hasta que el círculo se completa, y vuelvo a amarte locamente. 
¿Qué por qué contigo? Bueno, supongo que fuiste tú quién me enseñó a actuar así, y sólo estoy pagándote con la misma moneda. Supongo que tus idas y venidas, sin despedidas, sin saludos, simplemente volviendo una y otra vez como si no pasara nada, me hicieron darme cuenta de que esa es la única moneda de cambio que me servirá contigo: dejarme llevar. ¿Que hoy me apetece? Te saludo, pero no te acostumbres, porque mañana, o con un poco de suerte pasado, ya no serás nadie para mí.
¿Hasta cuando? Hasta que, definitivamente, no tenga nada que decirte.