5 de mayo de 2012

Que nos irá de muerte ;)

Respiras hondo, lo más fuerte que tus pulmones te lo permiten y abres los ojos. La luz te daña, te hace querer volver a cerrarlos, pero no puedes, ya no. Y es que hay veces que sería mejor cerrar los ojos al mundo que te rodea, poder olvidar todo eso que te entristece todos los días, todos los malos recuerdos, y los no tan malos, que son siempre los peores.
Pero ya no puedes cambiar nada. Y no queda otra que seguir hacia delante. Pero no quieres, y cada día se te hace más cuesta arriba. Hasta que llegas a un punto en el que no puedes, en el que te dejas caer hacia atrás, volviendo al fondo del precipicio, sin remedio.
Y justo en ese momento aparecen. Te abren los ojos, te agarran fuerte, espalda con espalda, te levantan y vuelven a tirar de ti hacia arriba. Poco a poco, sin pausa pero sin prisa, cayéndoos, pero juntas. Las que en los peores momentos no te dejan abandonar, las que no te dejarán tirada en medio de la cuesta de tu vida, las que te secarán las lágrimas con sus manos llenas de las suyas propias. Las que están ahí en las mejores noches, pero también en las peores, en las que todas acabábamos sin querer levantarnos al día siguiente. Las únicas que pueden reírse de ti sin que te enfades, con las que pasas noches para el olvido y noches que nunca se olvidarán.
Ya lo veis, no siempre nos va bien, podemos ahogarnos en un vaso de agua o navegar contra viento y marea en un barco de papel. La pena nos hunde demasiadas veces, pero la risa nos saca a flote segundo tras segundo.
Sabéis que no suelo mentir, pero siempre que lo hice fue por veros sonreír (: