Sintiendo la necesidad de hacer algo, se sentó sigilosamente a su lado. "Creerá que estoy loca", pensó.
Ninguno de los dos dijo nada en un buen rato. Él parecía no haberse dado cuenta de su presencia, y ella se sentía demasiado tímida a su lado, a pesar de que normalmente no lo era. Por fin, después de algunos minutos en los que ella contuvo la respiración, él se volvió finalmente a mirarla.
-Te estaba esperando-Dijo.
-¿A mí?-Logró contestar ella.
-Sí. Llevo meses observando cómo cada sábado sales de fiesta a las mismas discotecas, y luego regresas a la misma hora y por el mismo camino en dirección a tu casa.
-¿Cómo es, entonces, que nunca me había fijado en ti?
-Porque tenía que ser así, esta noche.
Y sin pensarlo más, le dio un suave beso en los labios, pero que activó todas y cada una de sus terminaciones nerviosas. Fue como un calambre de electricidad, como si de repente se sintiera adicta a aquellos besos, como si algo se hubiera accionado y ya no hubiera marcha atrás.
-Has pasado muchas noches esperando-Terminó por decir ella.
-Bueno... supongo que se pueden pasar todo tipo de obstáculos si el premio es algo que quieres de verdad.