14 de septiembre de 2012

The start.

Creo... que estoy aterrada, sí.
Bueno, quizá aterrada sea una palabra un poco fuerte para describir el estado de ánimo en el que me encuentro últimamente, pues ni siquiera sé yo misma cómo estoy.
Es una sensación de total y plena calma, como si el mundo se hubiese parado de repente, se hubieran dejado de oír los ruidos y las tensiones que hacían que mi vida sufriera altibajos continuos. Es una sensación parecida a la que siento cuando estoy muy cansada y me doy un baño de agua caliente para relajarme. El momento en el que estoy bajo el chorro de agua y mi mente se despeja hasta quedar completamente en blanco, sin preocupaciones, sin estrés, sin pensar en nada.
Sé que no es una sensación nueva. Y probablemente sea precisamente eso lo que más me aterra de todo. Que es una sensación que conozco demasiado bien, pero la tenía tan lejana y olvidada que ni siquiera me había dado cuenta de que podía volver a sentirla.
Y, solo a lo mejor, lo que más me asusta y me inquieta, es volver a sentir algo así...