8 de agosto de 2015

She's just happy

Así que en eso consistía. No en que te cubrieran a diario de bombones ni pétalos de rosa. No en que te dijeran todos los días todo lo que te querían, ni en que te demostraran frecuentemente lo importante que eras para ellos. No.

Consistía en que despertaran algo dentro de ti. En accionar ese botón imaginario que desencadenaba tu interés. En hacerte estar alerta las 24 horas del día, despierta, preparada para lo que tuviera que llegar. Siempre al borde del precipicio de lo que podría ser o no. Siempre pendiente.

Consistía en hacerte sentir viva. En que tu mundo temblara cuando no estaba, y ni tú misma consiguieras tenerte en pie sola. Vibrar con cada beso, con cada caricia, y sentirlo en cada centímetro de tu piel, de tu cuerpo.

Hacer que cada sonrisa fuera de verdad. Conectar.