1 de junio de 2013

After all this time...

Por eso nunca hay que ponerlo fácil, porque lo fácil aburre, porque lo difícil estimula, motiva y hace mil veces más feliz que lo fácil.
Porque yo jamás he sido de esas a las que les atraen las cosas fáciles, los "te quiero" dichos a mí igual que a veinte más, sin cariño, sin amor, sin expresar de verdad lo que significan esas dos palabras.
Si me dices "te quiero" dímelo porque, después de mucho tiempo, he conseguido llegar a una parte de ti a la que apenas nadie había conseguido llegar antes. Dímelo porque brote directamente desde tu corazón, sin que puedas reprimirlo, que salga limpio, natural, puro.
Y yo seré todo lo que quieras que sea. Porque para algo he trabajado y me he esforzado en conseguir escuchar las dos palabras que más gente quiere escuchar en este mundo.
Pero nunca seas fácil. Nunca dejes que todo el mundo vea tu yo verdadero, porque entonces... en realidad no sabrás quién eres, quién quieres ser. Esconde tus más oscuros secretos en un rincón muy perdido dentro de tu corazón, y no los dejes salir, oprímelos hasta el fondo, y déjalos salir sólo cuando alguien realmente merezca saberlos, cuando sepas que has encontrado a la persona perfecta para compartir esa carga contigo.
Porque ninguno de nosotros estamos libres de cargas, pero para eso nos emparejamos, para ayudar a soportar las cargas de aquellos que nos importan, para darles nuestro apoyo y nuestra comprensión, y sobre todo, para sentirnos orgullosos de que alguien haya decidido otorgarnos el honor de dejarnos ver ese pedacito de él mismo que nadie había visto antes.
Y sé que no estamos hechos para buscar a nuestra media naranja, que eso son sólo cuentos chinos para que creamos que el más inesperado día de San Valentín encontraremos a esa persona, en lugar de encontrarla sin querer en tu bar corriente una tarde en la que ni siquiera pensabas salir arreglada.
Pero, aunque nos valgamos nosotros solos, aunque nazcamos y muramos solos, al igual que todas las criaturas de este mundo, yo personalmente, necesito a esa persona a la que contarle mi vida.
Simplemente por la sensación de haberlo encontrado y de que está ahí, tan perfecto y comprensivo como yo lo imaginé.