3 de abril de 2016

We could be...

Introducida de nuevo en otro aspecto completamente distinto de mi vida, me doy cuenta de lo efímero de mis sentimientos últimamente. De lo pasajero que puede resultarme algo, de lo acostumbrada que estoy a no confiar en nadie.

Es triste no estar acostumbrada nada más que a lo negativo, y tener miedo (que digo miedo, pánico) a que la historia vuelva a repetirse.

Y qué ganas, a la vez, de intentarlo una vez más.