14 de septiembre de 2011

Es este amor eterno...

Así, justamente así. Que el tiempo se pare en cada vez que me sonríes, en cada pequeña arruga que sale en tu frente cuando piensas profundamente, o cuando te hago enfadar en broma. Que se detenga cuando me besas, o en esos maravillosos instantes justo después de que nuestros labios se separen. No dejes que el tiempo avance, que nadie cambie esto. Sígueme regalando recuerdos que se quedarán grabados para siempre en mi memoria. Cada tarde queda graba en mi mente, cada pedazo de cielo que me alcanzas, cada beso eterno que nos damos, de esos que nunca quieren acabarse, de esos que siento tan dentro. ¿Que qué haría sin ti? ¿Sinceramente? No lo sé. No tengo ni la más remota idea de qué podría hacer sin tu amor, sin tu apoyo, sin que me des todo sin pedir absolutamente nada a cambio. ¡Y qué más da que se acabe el mundo si estás tú conmigo! Como si caen cien meteoritos, como si el mar se desborda por los cuatro costados, como si las montañas se meten bajo tierra. Que el mundo se vuelva del revés, que mientras yo te tenga, no hay nada que temer. Que la luna no vuelva a salir, que mientras yo esté junto a ti, tendré a todas las estrellas conmigo. 
No cambio cada momento por nada, no cambio cada sonrisa por nada, no me cambio por nadie. Porque... ¿Sabes una cosa? TE QUIERO. Y sí, tenía que decirlo.